¿Qué es exactamente un buen líder? ¿Se trata solamente de una persona sobresaliente en el trabajo? Resulta ser, que un líder no es una función o siquiera un título, sino un conjunto de actitudes que permiten que todos se sientan escuchados y contemplados. 

Un líder no se conforma con delegar a los miembros de un equipo trabajo para que estos cumplan sus funciones de manera eficaz, sino que va más allá de sus funciones. Existen líderes natos y otros, en cambio, trabajan para simplemente convertirse en personas a seguir.

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¿Cuáles son las cualidades de un buen líder?

Aunque no existe una imagen impuesta del líder ideal, hoy podemos observar algunas características que son imprescindibles.

Aquí te mostramos 10 cualidades esenciales que cualquier buen líder debe poseer en su negocio inmobiliario y en la vida diaria.

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1. Saber confiar en su equipo

La confianza es una característica esencial para cualquier relación humana y comercial. Saber confiar es tener la capacidad de delegar tareas a los colaboradores teniendo en cuenta sus opiniones, conocimientos, aspiraciones y palabras. Al brindar la autonomía necesaria a los empleados para gestionar proyectos o inclusive a clientes, les permitirás desarrollarse plenamente para ser mucho más eficientes.

Saber confiar en su equipo

2. Establece metas claras

Muchos de los empleados del sector inmobiliario indican que tener una visión clara y estrategias definidas para darle sentido al trabajo y vida cotidiana es esencial e inclusive mejora su trabajo de manera significativa.

La ausencia de una visión compartida del futuro en un equipo, y más ampliamente dentro de cualquier organización del ámbito inmobiliario, es de hecho un desencadenante de la infelicidad y la pérdida de cohesión entre los colaboradores.

Sé un líder inspirador compartiendo claramente la visión de la empresa, para que todos entiendan cómo la contribución individual hace posible el éxito compartido. Además, adoptar este comportamiento fomentará los intercambios dentro del equipo, a través de puntos en común.

Establece metas claras

3. Personifica los valores de la empresa

Las generaciones más jóvenes ahora recurren a negocios que consideran significativos. Es decir, buscan empleos y empresas que sean responsables con su entorno, para que así los valores se compartan y se transmitan más allá del trabajo.

Las acciones personales y colectivas deben ser reflejadas a través de los valores de tu empresa o inmobiliaria, por ello es que se hace mucho más legítimo el hecho de involucrarse en causas múltiples.

Un buen líder sabrá que la responsabilidad y misión de la empresa será un aspecto único para el desarrollo de sus colaboradores.

4. Habilitar el intercambio y la transmisión de conocimientos

Es fundamental crear un ambiente propicio para los momentos de intercambio y transmisión de conocimientos, no solo entre los miembros de tu equipo, sino también cuando integras a un nuevo colaborador. El objetivo central es optimizar a tu equipo, aumentar sus habilidades y liberar talento.

Habilitar el intercambio y la transmisión de conocimientos

5. Premia las buenas iniciativas

Son las pequeñas victorias las que hacen que el equipo avance todos los días, así que presta atención:

Cuando un miembro brille, comparte las buenas noticias y los resultados con el resto del equipo. Resalta a tus mejores personas para impulsar la aceptación y el rendimiento. Demostrarás que cualquier esfuerzo será recompensado y potenciarás la motivación dentro de tu equipo. Sin embargo, toma en cuenta: el reconocimiento en el trabajo también implica acciones como aumentar las habilidades a través de la capacitación, por ejemplo.

 Premia las buenas iniciativas

6. Fomenta el cambio

La innovación es vital para cualquier equipo y cualquier inmobiliaria. Por lo tanto, tu trabajo como buen líder es alentar a tu equipo a que proponga y pruebe nuevas ideas o iniciativas. Confía en la inteligencia colectiva y en todas las energías disponibles para avanzar y ayudar a los colaboradores a avanzar.

Fomenta el cambio

7. Saber cuidarse

El estado de ánimo es contagioso, ya sea bueno o malo. Un estilo de vida saludable te permitirá superar cualquier problema de forma positiva. Recuerda regalarte momentos de relajación, tiempo para practicar alguna actividad deportiva o en familia. Tus empleados te lo agradecerán.

Saber cuidarse

8. Comunícate de manera transparente

La integridad es una de las claves para confiar o no en las personas que nos rodean. Un buen líder es aquel que, más que nadie, debe comunicarse con claridad y sinceridad en todas las situaciones.

Debe saber animar en caso de éxito, pero también y sobre todo asumir los errores en caso de fracaso, sin disfrazar la realidad. De ello depende su fiabilidad y legitimidad. Además, si sabes ser abierto y transparente, los miembros de tu equipo también se sentirán más libres para expresarse con libertad ¡Disfruta del feedback!.

Comunícate de manera transparente

9. Saber escuchar

La capacidad de escuchar es un requisito único para cualquier buena comunicación y el buen liderazgo. Te permite conocer a tus colaboradores y, por lo tanto, adaptar tu discurso para un impacto óptimo.

Los colaboradores tienen así la sensación de haber sido realmente escuchados y no dudarán en hablar más sobre sus inquietudes, lo que les permitirá encontrar soluciones juntos.

Saber escuchar

10. Ten creencias

Un verdadero líder no solo tiene convicciones y creencias, sino que sobre todo no tiene miedo de afirmarlas alto y claro. Debe tener suficiente confianza en sus facultades y cualidades para correr el riesgo de expresar sus ideas cuando sea necesario.

Pero tener confianza en uno mismo no significa estar falto de humildad. Debes utilizar esta confianza para apoyar tus ideas y proyectos, pero también los de tus colaboradores, y ten en cuenta que también te puedes equivocar…

Ten creencias

Antes de liderar un equipo, probablemente informabas a un jefe. Piensa en ¿Qué esperabas de tus jefes? ¿Qué características o cualidades los hacían buenos gerentes a tus ojos? ¿Ejemplaridad, integridad, cierto carácter y habilidades?

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¡Aprende a recordar las expectativas que tenías entonces, lo que te interesaba en particular y conviértete en el líder carismático que te hubiera gustado tener en ese momento!

¿Sabías qué?

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