La arquitectura tiene la cualidad de poder adaptarse a diversas circunstancias y a las necesidades de una sociedad. No es de sorprender, así, que esta disciplina del saber humano sea la responsable por varias de las obras artísticas creadas a través de la historia y que, en nuestra contemporaneidad, son atesoradas por especialistas y el público en general.

El esmero en la estética de los edificios era, tiempo atrás, una particularidad de naciones con economías importantes, pues el costo elevado para la ejecución de estos proyectos estaba fuera del alcance de las constructoras y desarrolladoras en aquellos países que actualmente se denominan como emergentes. Sin embargo, la creciente penetración de Internet ha permitido que el conocimiento se divulgue rápidamente y a una grande escala.

Teniendo esto en cuenta, vale la pena preguntar cuál será el futuro de la arquitectura. Se puede responder, sumariamente, que todos los sectores que pertenecen al grupo de la construcción se han visto muy influenciados por la llegada y la evolución de la tecnología informática y, asimismo, por la acelerada globalización de la economía. De igual manera, la arquitectura tendrá que buscar soluciones para el ingente aumento poblacional y el crecimiento urbano sostenible.

Colaboración a través de networking

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En los próximos tiempos se verá consorcios entre arquitectos e ingenieros que no trabajan en una misma firma, y esto con el fin de unir esfuerzos para una labor más sustancial relativamente a un proyecto. Se puede esperar que la arquitectura emplee cada vez más la interacción con otros tipos de ingenios para hallar ideas que sean provechosas para los clientes. En consecuencia, el proceso del trabajo tradicional puede ser dividido en pequeños segmentos en los que el arquitecto puede cobrar honorarios separados por la parte que le corresponde.

Conocimientos de economía y tecnología

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No es raro que los presupuestos de las desarrolladoras se reduzcan para cortar costos y, por esto, aquellos arquitectos que tienen habilidades en materias económicas prosperarán. Comprender diversos temas financieros y económicos será una parte relevante en el bagaje intelectual que se tendrán que poseer.

Adicionalmente, competencias en el área de Tecnologías de Información (TI) puede ser un excelente complemento, ya que estar a la par con este tipo de avanzos tecnológicos siempre añadirá ventajas.

Más que un edificio

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En los próximos años, se podrá constatar que los arquitectos darán más atención a la utilización eficiente de los espacios comunes. Por ejemplo, varias empresas comienzan ahora a emplear diseños arquitectónicos para sus oficinas que hacen que el desempeño de sus trabajadores aumente, como el Apple Campus 2, cuya estructura imita una nave espacial y que tiene unas preciosas vistas hacia un extenso parque. Se confirma, entonces, que la motivación de los trabajadores o el buen estado anímico de los que ocupan viviendas será un elemento importante que los arquitectos considerarán.

Espacios mixtos

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Por último, el arquitecto del futuro desenvolverá una concepción incluyente con respecto a la construcción. Es decir, se preguntará no sólo si la edificación beneficiará a sus ocupantes, sino que también tomará en cuenta el bienestar del público en general.

En efecto, las desarrolladoras pensarán en atribuir cierta parte de una construcción para que esta pueda ser utilizada por la sociedad. Se trata también de redensificar una urbe para mitigar la subutilización de terrenos.

En estos casos, cuando los arquitectos se reúnan para discutir el diseño del proyecto, lo que se preguntarán será cómo lograr que la ciudadanía pueda interactuar con él.