En Lamudi tenemos una especial sensibilidad con respecto a los temas del medio ambiente y, aunándonos a las voces alrededor del globo que piden medidas efectivas en la próxima Cumbre del Cambio Climático de 2015 que se realizará en París el próximo mes de diciembre, hacemos saber a nuestros lectores la importancia de este trascendental evento.

El pasado 15 de diciembre de 2014, el presidente peruano Ollanta Humala Tasso aseveró que el borrador de acuerdos (que se discutirá ya definitivamente en París) firmado por todos los países participantes de la cumbre COP 20 en su país, es un progreso importante para su ratificación ya que en él se ha tratado, con esmero, de redactar un documento que busque un «punto de equilibrio para que todos los países sientan que son parte de este acuerdo.»

Efectivamente, la cumbre COP 20 que reunió a 194 países de los cinco continentes del mundo, generó gran expectativa en cuanto a la resolución que se tendría que hallar entre los discordantes intereses de países de economías emergentes y los de las de naciones pujantes como Estados Unidos o China, éstos dos últimos responsables por un 42% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

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Muchos medios de comunicación aseguraron que, si no se llagaba a un incipiente acuerdo en el COP 20 como el que el presiente Humala anunció, los países en vías de desenvolvimiento estarían condenados a sufrir cambio climáticos sin cualquier tipo de supervisión, por lo menos, durante una generación y, también, se señaló que los países ricos estarían satisfechos al no reducir seriamente las elevadas cifras de emisiones de gases que se les adjudica. Es que el escenario, realmente, estaba complicado ya que los países del llamado primer mundo buscaban concertar un acuerdo que cumpliese con las demandas mínimas y, entre los países emergentes, había una cierta división en relación a los que requerían más compromiso y los que, agazapándose detrás de los estados más pobres, pretendían no dar su palabra para cumplir metas más ajustadas.

Gases
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Esta actitud por parte de países en pleno desenvolvimiento, como Brasil o México, se debe a que, como estudios recientes lo confirman, en los próximos años el 70% del crecimiento mundial vendrá de estas naciones, por lo que se teme que si se someten a regulaciones ambientales rigurosas podrían mermar su potencial de desarrollo. Mas una forma de contrarrestar esta eventualidad, y que se discutió en la COP 20, es la financiación ambiental a través de la GCF (Green Climate Fund) que se responsabilizaría, a través de financiamientos, por impulsar el progreso de estas economías para que al mismo tiempo sean respetuosas con el medio ambiente.

Aunque se pueda decir que el acuerdo alcanzado en la COP 20 es tenue, éste, por lo menos, da esperanzas para que en París las negociaciones concreten lo que todo el mundo desea: un crecimiento económico sostenible y respetuoso del ambiente.

Medio ambiente
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Efectivamente, las expectativas son muchas. Recientemente, Alan Rusbridger, el editor jefe del respetuoso semanal inglés The Guardian Weekly, escribió un artículo llamando la atención al problema del cambio climático y a la importancia de la conferencia que se llevará a cabo en París en el mes de diciembre. En esta reunión, los líderes mundiales intentarán mejorar el Tratado de Kioto y alcanzar un acuerdo universal para limitar el aumento de la temperatura del planeta a 2ºC. Esta medida y otras más se debatirán durante dos semanas en la Cumbre del Cambio Climático 2015 y, para el bien de la humanidad, se espera que todas las divergencias sean superadas.