Al contrario de la arquitectura griega, que no dejó muchos escritos que pudiesen ser estudiados, la romana se distingue por la existencia de tratados y estudios que nos permiten entender mejor cómo se concebía y qué aspectos estéticos y preceptos se tenían que seguir en la construcción de un edificio. Tal vez el más importante de estos sea el del arquitecto Marco Vitruvio intitulado De architectura.

Es más, como el Imperio Romano tuvo una gran extensión, hoy en día se pueden apreciar construcciones romanas no sólo en Italia, sino también en otros países como en España, Portugal, Francia, Inglaterra, Egipto y Turquía.

Por lo tanto, con más certeza se puede afirmar cuáles fueron los padrones de construcción que los arquitectos de Roma cultivaban. Estos parámetros estéticos que se seguían en la erección de un edificio se conocían como órdenes, los que comprendía sistemas definidos que otorgaban características singulares a un nuevo edificio. A continuación, Lamudi los señala.

Los órdenes helenos

Helenos
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La arquitectura romana, aparte de la influencia de los métodos etruscos, heredó los órdenes que se habían creado en la época de la Grecia clásica. De estos ya hemos tratado en un artículo anterior sobre la arquitectura en el periodo clásico del país heleno; el texto se puede consultar aquí. No obstante, los mencionaremos resumidamente para comprender mejor el panorama de la arquitectura que practicaba la civilización romana.

Estos tres órdenes eran el dórico, el jónico y el corintio. El primero sobresalía por la falta de basa en la columna, el jónico por la ausencia de triglifos y metopas, y el corintio por una ornamentación abundante. Éste último fue el preferido por los romanos, ya que siempre tuvieron una proclividad a la profusión en sus edificaciones. Asimismo, cabe apuntar que, de acuerdo a las circunstancias, realizaron algunas modificaciones en los órdenes griegos que adquirieron.

El orden toscano

Estilo toscano
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Este es uno de los dos órdenes que los romanos crearon. Aunque derive de la arquitectura etrusca, se le puede comparar, por su llaneza, con el estilo dórico. Se define como teniendo en la basa un grueso toro y por un fuste alisado. De igual manera, no existen metopas ni triglifos. En el capitel, el estrágalo también contaba con un toro y, además, un equino y ábaco sin decoraciones. Un buen ejemplo de este estilo se puede apreciar en el Foro Romano.

El orden compuesto

Orden compuesto
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Se trata de un estilo mixto, esencialmente consistiendo en la utilización, en el capitel, de las volutas del orden jónico y, también, de las hojas de acanto del corintio, aunque se verifica la falta del rosetón. En el entablamento, los frisos suelen ostentar una admirable decoración con niños alados y guirnaldas en relieve. El Arco Triunfal de Tito es el mejor ejemplo de este estilo.