No se trata de una ilusión fantasmagórica. Realmente, al noroeste del estado de Chiapas, en el la Presa Malpaso ubicada en el río Grijalva, en octubre del año pasado se pudo observar que una iglesia emergía de las aguas debido a una sequía. Esta estructura, conocida como el Templo de Santiago o el Templo de Quechula, aparentemente fue edificada por frailes dominicos en el siglo XVI en lo que fue el pueblo zoque de San Juan Quechula, o simplemente, Quechula.

Así, después de cuarenta años bajo agua (con excepción de un corto período en 2002, cuando ocurrió el mismo fenómeno), el edificio cristiano se mostró a los curiosos como una aparición sombría, aunque no era de esperar otra cosa si se toma en cuenta su antigüedad y el tiempo de sumersión transcurrido; no obstante, la fachada es la parte que se mantiene en mejores condiciones. Las medidas del templo son las siguientes: 61 metros de largo, 14 de ancho. La fachada tiene una elevación de 55 metros, los muros, de 10 metros.

© David von Blohn (AP)
© David von Blohn (AP)

La explicación de este suceso está en la sequía del año pasado, lo que hizo disminuir el volumen de las aguas de la presa en unos veinticinco metros. Por supuesto, la iglesia suscitó el interés de varias personas, puesto que se trata de una verdadera joya de la arquitectura colonial en México y, en consecuencia, los pescadores locales se encargaron de transportar a los interesados que deseaban ver las ruinas de más cerca.

Sobre el pueblo de Quechula se sabe que fue evangelizado por Fray Bartolomé de las Casas y el grupo de religiosos que lo acompañaban. A causa de una peste ocurrida entre 1773 y 1776, la población abandonó la localidad; de hecho, el evento fue tan significativo que se halló un osario de los fallecidos por la peste, según el arquitecto responsable de hacer un informe para el gobierno mexicano antes de que la construcción de la presa inundara el antiguo pueblo y su templo en 1966.

David von Blohn (AP)
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