Por. José Raynal
“…para que nunca nos falte casa, vestido y sustento”.
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Aquellas personas que nacieron siendo cristianas o católicas, aprendieron desde niños el poder de tres:
- El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo
- El evangelio, la primera y segunda lectura.
- La casa, el vestido y el sustento.
Nota al margen: El poder de tres es una excelente forma de aprendizaje, nuestras mentes recuerdan mejor un conjunto de tres o cuatro cosas. De hecho, podemos identificar que hay hasta siete cosas en un lugar (como en una lámina de Power Point) sin tener que contarlas.
Tenemos tan inculcado en nuestra cultura estas necesidades básicas, que cuando alguien piensa en emprender, suelen considerar algún negocio que tenga que ver con bienes raíces, con moda o con comida. “Son necesidades básicas”, decimos, “siempre habrá gente que necesita algo que comer, ropa que vestir y un techo donde guarecerse”.
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Otra nota al margen: Y por esa misma razón, cuando alguien piensa en ahorrar para el retiro, la palabra “Afore” no hace eco con nada. Afore es lo que hacemos cuando no hacemos nada, y dejamos que el problema de nuestra vejez lo resuelva la empresa que nos emplea en el momento, o así lo interpreta nuestro subconsciente.
Te voy a compartir un ejemplo que menciono en las pláticas de Lamudi Insights. Este es un ejemplo real, muy puntual, basado en mi experiencia personal.
Entre 2005 y 2010, desarrollé vivienda en Cholula, Puebla. En 2005, la UDI (un indicador de inflación) estaba en $3.62 pesos. Construí casas de dos recámaras que se vendían en $540,000 pesos y que estaban construidas sobre un terreno que valía $650 pesos el metro cuadrado.
Quince años después, la UDI está en $6.61 pesos, esa casa se vende en $1’300,000 y el terreno de al lado se vende en $5,000 el metro cuadrado.
Esto es el significado mismo de Plusvalía:
Ahora, esta es una cuenta de paletero que no considera temas como inflación, gastos por mantenimiento o si las propiedades tienen clientes interesados en comprarlas en 2020. No todas las propiedades generan estas plusvalías, e identificar nichos de mercado que sí puedan tener una demanda futura es lo que hace que una inversión en bienes raíces sea valiosa en el futuro.
Si fuiste una persona que supo adquirir propiedades antes del boom inmobiliario que vivimos entre 2005 y 2017, has capitalizado de forma extraordinaria, ya sea por capitalización en el valor de la propiedad o por rendimientos de renta.
Hoy en día, que el mercado está estancado, y que los requerimientos de las nuevas generaciones están cambiando, debemos reenfocar las nuevas inversiones inmobiliarias hacia donde el futuro pueda recompensarnos.
En Lamudi estamos creando nuevos canales para acercar estos proyectos a los posibles inversionistas, que hoy no son personas que necesitan una vivienda y que tal vez nunca hayan invertido en bienes raíces, pero que quieren adquirir un patrimonio para su futuro.
Si quieres conocer más de como el mercado está cambiando, te invito a dos webinars donde platicaremos a fondo de dos proyectos en la CDMX, con propuestas diferentes para estos nuevos tiempos:
Garden Azcapotzalco: https://lnkd.in/gYkQCTWt
Lirio Reforma: https://lnkd.in/gcEmDdJb
Ambos webinars serán en vivo el jueves 9 de diciembre. Si la fecha ya se te pasó, puedes aún registrarte y ver la grabación.
Si quieres conocer más opciones sobre lo que hoy se puede hacer en inversión inmobiliaria, te invito a conectar por Linkedin y a seguir a Lamudi.
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Una nota más al margen: la canción “Té para tres” relata una ocasión en que Gustavo Cerati tomaba té con sus padres, mientras esperaban los resultados del tumor cancerígeno de su padre, los cuales no fueron favorables. “No hay nada mejor que casa” es una añoranza de Gustavo Cerati a ese hogar que parecía perderse ante ese diagnóstico catastrófico.
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José Raynal
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