De acuerdo a la organización Habitat for Humanity, 827.6 millones de personas se encuentran viviendo en barrios pobres y, alarmantemente, en 2020 este número llegará a poco menos del mil millón. Como resultado, cada año más de 1.8 millones de niños fallecen debido a instalaciones sanitarias deplorables y, también, a la falta de agua limpia. Un informe de la firma consultora McKinsey señala que la falta de viviendas baratas representa cada año USD 650 mil millones, cifra que se espera que se incremente a medida que el fenómeno de urbanización se expande alrededor del mundo.

Para lograr subsanar dicha falta de hogares se estima que sería necesario gastar USD 9 a 11 mil millones en construcción. Para reducir este número se han propuesto varias cosas como, por ejemplo, estimular la venta de terrenos, reducir precios de edificación, mejorar el mantenimiento de las estructuras construidas, dar más accecibilidad a financiaciones para las personas interesadas en adquirir inmuebles y desarrollar estrategias convincentes para solucionar el problema de la falta de vivienda.

© PR Image Factory / Shutterstock.com
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Exitosamente, varios gobiernos han logrado ejecutar políticas de recuperación de terrenos, entre los cuales se puede nombrar a Japón, China, Dinamarca, Holanda o Egipto. Particularmente, desde el siglo XIX en Japón se ha conseguido ganar al mar nada menos que 25 000 hectáreas en la bahía de Tokio. Sin embargo, este trabajo tiene diversos obstáculos. Los ecologistas aseveran que este tipo acciones puede ocasionar daños irreparables a la vida marítima. De igual manera, los pescadores advierten que su profesión puede verse amenazada.

Reducir los costos de edificación puede ser una realidad gracias a los métodos y materiales que se pueden crear con la predominancia de las construcciones sustentables. Una desarrolladora de proyectos inmobiliarios puede ahorrar una buena cantidad de dinero por cada metro cuadrado utilizando paneles sándwich de poliuretano inyectado. ¿Y en relación al coste laboral? Se sabe que este tipo de gastos comprenden una gran parte del diseño, erección y mantenimiento de cualquier edificio. Con las técnicas de construcción sustentable también se podrá economizar a este respecto, además de incrementar la productividad.

© alessandro guerriero / Shutterstock.com
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La modernización en aspectos energéticos como asilantes y nuevas ventanas puede reducir significativamente el precios de administración y manutención.

En cuanto a la financiación, los progresos en los pedidos de crédito harán que los bancos estén más dispuestos a otorgar préstamos a individuos con ingresos reducidos. Los gobiernos también pueden ayudar a reducir los costos de los desarrolladores inmobiliarios haciendo que este tipo de proyectos sean menos arriesgado; esto lo pueden lograr, por ejemplo, asegurando compradores para cuando la construcción del edificio esté concluida.

No cabe duda de que la crisis global del déficits de viviendas necesita una solución inteligente e inmediata, además de lo mencionado arriba. Una de estas soluciones son las microcasas.