Piénsalo dos veces antes de tirar tu viejo cepillo de dientes. Casi 20 mil de estos fueron utilizados junto con otros desechos han sido utilizados para construir una casa en Brighton, Reino Unido. Tres meses de producción en el taller de City College y casi doce meses en el campus de la Facultad de Artes Grans Parade se requirieron para construir la Casa de Desperdicios para incrementar la conciencia sobre la sustentabilidad.
Tan solo el Aeropuerto de Gatwick proporcionó los 20 mil cepillos de dientes usados, lo cual equivale a la cantidad de pasajeros de primera clase y clase ejecutiva en tan solo un par de días. Además de los cepillos de dientes usados, se utilizaron 4 mil DVDs, 2 mil discos duros, 2 mil pedazos de alfombra, 20 litros de pintura de segunda mano, 2 toneladas de mezclilla, así como otros desechos han sido utilizados para construir esta casa amigable con el medio ambiente.
Este es el primer edificio permanente en el Reino Unido en ser construido con deshechos, así como material excedente y plástico sobrante recolectado de la industria de la construcción. La idea del proyecto es determinar el desempeño de estos recursos infravalorados durante los próximos años e inspirar un nuevo enfoque hacia los deshechos y la sustentabilidad, albergando eventos de temática verde.
Detrás de este proyecto se encuentra el catedrático de tiempo completo de la Universidad de Brighton Duncan Baker-Brown, quien ha compartido sus hallazgos sobre el proyecto y su sustentabilidad con Lamudi. Ha señalado que “por cada cinco hogares construidos en el Reino Unido, los deshechos y el valor de otras construcciones van al basurero. Esta fue la primera inspiración para el proyecto, el cual es una forma exagerada de recalcar la creatividad con el material que te es proporcionado, en vez de tener un suministro ilimitado de materiales”.
Obtener el material fue una de las partes más complicadas del proyecto. Cat Fletcher de Freegle consiguió la mayor parte de los materiales que conformaron la Casa de Desperdicios. Car estuvo especialmente abocado a alentar a cualquiera involucrado en el proyecto a utilizar desperdicios de diferentes sectores industriales, así como los del rubro de la construcción.
El proyecto se retrasó seis semanas debido a que el equipo tuvo dificultades para obtener material de segunda mano. “Necesitábamos una red de material de segunda mano en dentro del Reino Unido. Necesitábamos conocer qué materiales había que pudiéramos utilizar. Utilizamos materiales con grandes historias detrás de ellos. Por ejemplo, un contenedor de barco de 50 años de un barco de Corea del Sur,” señaló Duncan.
Llevó aproximadamente 2,057 días a los estudiantes, aprendices y voluntarios construir la casa. El contratista británico Mears Group encabezó la construcción basándose en un esquema de planeación día por día. David Pendergrass de Mears Group fue el encargado de coordinar a 300 estudiantes del City College.
Los estudiantes de carpintería construyeron con desperdicios de maderas, así como columnas de hilo durante tres meses en unos talleres de tres pisos. Después fueron tomados y unidos. Duncan comento que “el proyecto es un centro de aprendizaje en colaboración. Replicando el modelo de trabajo colectivo fuimos capaces de amalgamar distintas ideas sobre cómo construir la casa, lo que hizo del proyecto un éxito.”
La casa del desperdicio es un centro de investigación de diseño para todos los interesados en talleres de diseño sustentables, así como inspiración para un acercamiento a un consumo sustentable. Para conocer más del proyecto, visita el sitio de la Casa de Desperdicios de Brighton.