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Mirando al pasado: vecindad en la Ciudad de México

vecindad

 

En esta ola de recuerdos que refluye, la ciudad se embebe como una esponja y se dilata. Una descripción de Zaira tal como es hoy debería de contener todo el pasado de Zaira.”

Italo Calvino, Las Ciudades Invisibles

Tepito, Guerrero, Lagunilla, La Merced, Mixcalco, San Antonio Abad y Santa María la Ribera, son algunos de los barrios de la Ciudad de México testigos y protagonistas de la transformación que el espacio urbano de México ha sufrido con el paso del tiempo. En ellos se desarrolló, vivió y vio su ocaso un concepto de vivienda que se mantuvo por mucho tiempo al margen de los proyectos de modernización urbana: la vecindad. Hábitat urbano para la población de escasos recursos que buscaba la creación de un territorio propio dentro de la inmensidad citadina, poco a poco fue logrando una intimidad a través de sus propios usos y costumbres, a través de la creación de una dinámica habitacional muy particular.

Pequeñas viviendas con techos altos colocadas alrededor de un gran y emblemático patio central en el cual se integraba una colectividad, su puerta de entrada nunca cerraba pues era su conexión con el mundo exterior.

Símbolo de tradición, refugio del cambio, la vecindad se fue aislando de la ciudad pese a ser un componente vital de ella, resistiéndose a la modernidad del siglo XX que buscaba eliminar los espacios comunitarios, la vecindad tuvo que transformarse y adaptarse, negándose a morir, a ser enterrada.

Hacia la década de los años 50´s se configura en la mente de los urbanistas mexicanos la idea del multifamiliar como una nueva forma de pensar el espacio doméstico. Es el Milagro Mexicano de la Industrialización que busca renovar su esquema urbano ante el crecimiento de una clase trabajadora y burócrata, las unidades habitacionales nacen como un intento de recuperar el sentido de vecindad que la modernidad se había llevado.

Nace entonces Tlatelolco, que, lo expresó Carlos Monsiváis como nadie: “es la modesta utopía del México sin vecindades”: 102 edificios verticales con espacios comunes que buscan articular una zona como un microcosmos independiente de la ciudad.

Hoy, donde hubo vecindades se levantan modernos edificios. Mini-ciudades, usos mixtos, en la modernidad del siglo XXI buscamos la privacidad, el fácil acceso a servicios y amenidades olvidándonos que la ciudad es un espejo del hogar, donde la colectividad le da sentido y significado.

De ahí la imperante necesidad de llevar la vecindad a estos nuevos espacios habitacionales, de ahí la importancia de revitalizar el espacio urbano con la convivencia y la creación de comunidades, de buenas vecindades como núcleo. De ahí, la importancia de mirar al pasado, de mirar al interior de la vecindad del Chavo, de Pepe el Toro y de Tin Tán en El Rey del Barrio, de observar sus sinergias comunitarias. De ahí la importancia de la memoria urbana y del esfuerzo reunido en esta exposición.

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