Los proyectos de bienes raíces son frecuentemente financiados a través de las carteras holgadas de inversionistas con alto poder adquisitivo. Pero ¿y si hubiera una forma más democrática, con un buen número de inversionistas contribuyendo con pequeñas sumas de dinero, levantando un proyecto desde cero?
Este tipo de inversiones, conocidas como microfinanciación colectiva, ha sido utilizada para obtener fondos en otros rubros, especialmente en las artes. Los productores cinematográficos, directores de teatro, músicos, entre otros, se han beneficiado de esta fuente de ingresos en la que varios pequeños inversionistas juntan sus capitales para financiar un proyecto. Al parecer esta forma más democrática de inversión se ha llevado al ámbito de los bienes raíces.
Dentro del rubro tecnológico, varias start-ups enfocadas en el micro financiamiento colectivo inmobiliario comienzan a aparecer en el escenario. Uno de estos nuevos modelos de negocios, es Ralty Mogul, establecido en los Estados Unidos, que recientemente ha anunciado que sus casi 6 mil miembros han invertido $14.6 millones USD en proyectos inmobiliarios con un valor que supera los $100 millones de dólares en su primer año de operación.
¿Cómo funciona?
La microfinanciación colectiva permite a inversionistas individuales comprar acciones en proyectos comerciales como edificios de departamentos o accesorias comerciales. Esto significa que los inversionistas no tienen que lidiar con el manejo diario del inmueble, dado que no están invirtiendo en la totalidad del mismo.
El proceso es diferente al de la inversión en bienes raíces a partir de un fideicomiso. Normalmente las personas que invierten en estos fideicomisos no pueden distribuir su capital en ciertos desarrollos, dado que el fideicomiso decide cómo debe ser distribuido el dinero. La micro financiación colectiva permite a sus participantes invertir en pequeños desarrollos locales, en vez de grandes proyectos comunes en los fideicomisos.
¿Quién puede invertir?
Hay ciertas limitantes respecto a quién puede invertir de esta manera. Con Realty Mogul, por ejemplo, los inversionistas deben estar acreditados. Esto significa que deben comprobar un ingreso mínimo por $200 mil USD, o un valor neto equivalente a $1 millón USD. Su inversión es congelada una vez que el proyecto está totalmente financiado.
De cualquier forma, el microfinanciamiento colectivo está creciendo rápidamente dentro de la industria inmobiliaria, incluyendo el sector hotelero. Tan sólo la semana pasada, el Hotel Hard Rock en Palm Springs en California anunció la venta de acciones en el hotel de lujo de 163 habitaciones a pequeños inversionistas. La oferta viene acompañada de ciertas ventajas, como mejoras a las habitaciones y descuentos. Habrá que esperar más oportunidades de micro financiación colectiva durante la segunda mitad del 2014.