El escocés James Stirling se destaca especialmente por su voluntad de renovar los postulados arquitectónicos que, en su tiempo, estaban dictados por el modernismo. Así, Stirling es considerado como uno de los más importantes posmodernistas en la arquitectura del siglo pasado.

Glasgow es la ciudad donde nació este arquitecto en 1926. Fue paracaidista durante la Segunda Guerra Mundial y, de hecho, en el Día D fue herido dos veces. Posteriormente, a su regreso al Reino Unido, estudió arquitectura en la Universidad de Liverpool y, ya graduado, desde 1950 comenzaría su admirable carrera profesional que sería reconocida como tal en 1981, cuando se le concedió el Premio Pritzker.

Aquí les damos a conocer algunas de las obras más importantes de este arquitecto escocés.

Escuela de Ingeniería de Leicester

Stirling
Foto por Steve Cadman / CC BY

La conclusión de este edificio se llevó a cabo en 1963 y ha logrado establecerse como un paradigma de adaptabilidad y funcionalidad arquitectónicas. Es que toda la infraestructura fue pensada detalladamente para adecuarse a las necesidades de laboratorios, científicos, visitantes y medios de transporte. Las claraboyas en diente de sierra le dan un aspecto particular.

La Facultad de Historia de Cambridge

Stirling
Foto de seier+seier / CC BY

Fue en 1963 que Stirling ganó la competición para erigir el este esplendoroso edificio, que, después de dos años de su construcción, en 1970 ganaría la medalla de oro del Instituto Real de Arquitectos Británicos.

La facultad cuenta con una sala de lecturas muy amplia, pues tiene la capacidad para albergar 300 lectores. Lo que caracteriza al edificio son los dos prismas de ladrillo rojo y, en el medio de ellos, una hermosa cobertura de vidrio.

El nuevo Staatsgalerie de Sttugart

Stirling
Foto por sbamueller / CC BY

Es considerado por muchos como la obra maestra de Stirling y la estructura paradigmática del posmodernismo. Fue levantado en 1984 como añadidura al antiguo Staatsgalerie y, hoy en día, es uno de los museos más visitados de Alemania.

Para esta tarea Stirling se inspiró en la monumentalidad de los museos del siglo XIX y, también, en la utilización de formas geométricas de gran complejidad y, además, de varios colores en las ornamentaciones.