“Estío, otoño, invierno, primavera… Y el canto surgía de las verdes entrañas del jardín, alegre o melancólico —ora risa, ora llanto— inacabable y único, magnífico y sin fin.” plasma solemne y sombrío el poeta Luis Gonzaga Urbina en El Ruiseñor Cantaba. Esto rememora la esencia del parque que lleva su nombre y que de modo coloquial, los transeúntes de los alrededores lo conocen como Parque Hundido.

Por @Alejandro M. R. 90

El parque, ubicado a un costado de una de las vías más transitadas de la CDMX (Insurgentes Sur), es un terreno anclado a muchos siglos de historia. En 1608, Tomás de Nápoles construyó un enorme rancho que por un largo tiempo suministró a los poblados aledaños. Posteriormente, en el siglo XIX, la propiedad se convirtió en una fábrica de ladrillos llamada Noche Buena, la cual dejaba hoyos tras la extracción del material, mismos que se llenaban de agua y florecía la vegetación a su alrededor. Un siglo después, la construcción del pavimento provocó que los propietarios decidieran crear un bosque y sin hacerlo a propósito, se formaron los desniveles que aún persisten en el parque.

Treinta años después, en su remodelación, construyen en su interior el emblemático reloj de flores, pieza artesanal elaborada a base de dos toneladas de piedras de río con la intención que reflejaran los minutos e incluso, se puso en un lugar estratégico para que cualquiera viera la hora sin importar el sitio en el que se encontrara mirando.

La vivienda que lo abraza

Vivir cerca del Parque Hundido significa darse un respiro y disfrutar de un área verde bordeada por una densa concentración de habitantes, complejos corporativos, hoteles, casas y desarrollos verticales. Pero también representa una inversión significativa si se pretende comprar una casa en Extremadura Insurgentes, colonia que abraza al parque, pues oferta en promedio 24 millones de pesos por una casa. Por su parte, la colonia vecina Del Valle renta casas por poco más de 38 mil pesos, mientras que los departamentos en renta en Insurgentes Mixcoac superan los 20 mil pesos.

Rededores de cultura y entretenimiento

Dentro de los jardines del parque, al tiempo que se disfruta una nieve de carrito o un algodón de azúcar, hay la oportunidad de descubrir al México Prehispánico a través de reproducciones de piezas arqueológicas distribuidas a lo largo de seis rutas: El Altiplano, las culturas Zapoteca, Maya, Olmeca, Totonaca y Huasteca.

Desde allí, se puede caminar a la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC – Casa Buñuel) a escasas calles de distancia o trasladarse al Teatro de los Insurgentes para disfrutar de una puesta en escena con un tinte cómico o meramente dramático si se prefiere.