Fomentar espacios que generen bienestar en todos los aspectos es algo fundamental dentro de la neuroarquitectura, un concepto divergente que hoy, más que nunca, tiene una narrativa disruptiva dentro de la edificación.
Desde hace tiempo, la arquitectura del cerebro ha centrado sus esfuerzos en generar mejores prácticas para los espacios en general y así ocasionar mayor comodidad y confort para sus habitantes y usuarios.
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¿Qué es la neuroarquitectura?
La neuroarquitectura es una corriente arquitectónica que busca establecer espacios en donde la iluminación, zonas verdes, colores, techos y más elementos se relacionen con las emociones y sentimientos de sus habitantes a través de estudios cerebrales desarrollados a lo largo del tiempo.
Esta rama trabaja muy de cerca con la psicología y otras ciencias relacionadas con el cerebro, por lo que entender el sentir de un grupo de personas es importante para generar entornos amenos y que puedan establecer estados de ánimo y de comportamiento acorde al lugar donde se sitúan.
Conectar con las emociones de las personas para hacerlas sentir felices es uno de los objetivos principales de la neuroarquitectura, por lo que su bienestar en cualquier zona debe ser un proceso estudiado de manera meticulosa.
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¿Cómo surge la Neuroarquitectura?
La neuroarquitectura es un concepto evolutivo que surge a través de la relación del cerebro con las emociones.
En 1950 Jonas Salk, un científico que desarrollará vacunas contra la poliomielitis, se encontraba en un bloqueo, por lo que decidió tomarse unas vacaciones en Italia para descansar. Él narra que, al llegar a un monasterio del siglo XIII, dicha construcción lo impactó.
“Al estar en un paisaje de gran belleza, rodeado de una arquitectura de cientos de años y la capacidad de estar tanto afuera como adentro (del edificio), le hizo cambiar su espíritu emocional”
Gracias a ello pudo terminar la vacuna y llegar con la idea para la construcción de un nuevo instituto de investigación en donde se pudiera incentivar la creatividad e inspirar a la mente.
En 1988, dos neurocientíficos llamados Fred H. Gage y Peter Eriksson descubrieron que el ser humano puede generar nuevas neuronas en la edad adulta si es que el espacio donde se encuentra ayuda como estimulante para el desarrollo.
Se descubrió también que los entornos arquitectónicos influyen de manera significativa en la memoria, emociones e inclusive al manejo del estrés. La producción de oxitocina, serotonina y más compuestos relacionados con las sensaciones placenteras se vinculan estrechamente al ámbito donde cada persona se encuentre.
La arquitectura neuroemocional surge gracias a que se requieren espacios que vayan más allá de la construcción y edificación, y que al contrario de ello viren la vista hacía la comodidad del usuario, por lo que es fundamental entender bajo que concepto nace dicha definición.
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¿Cómo aplicar la Neuroarquitectura?
La neuroarquitectura no influye únicamente en aspectos constructivos, sino que también es la clave determinante para entender por qué una persona puede sentirse y comportarse de cierta manera a través de estímulos que forman parte de una edificación o espacio.
La aplicación de la neuroarquitectura se da a través de los siguientes puntos:
Áreas verdes
En la actualidad es usual ver edificaciones que cuenten con elementos sustentables y zonas destinadas al esparcimiento, tales como los roof garden, huertos e inclusive paredes verdes; estas resultan ser parte esencial de la neuroarquitectura, ya que se ha demostrado que favorecen la calma y disminuyen el estrés, por lo que las vistas exteriores rodeadas de naturaleza logran que tanto habitantes como trabajadores en grandes edificios puedan establecer una mejor conexión interna.
Como ejemplo, podríamos mencionar que investigaciones recientes han demostrado que las capacidades cognitivas de las personas de la tercera edad que habitan en residencias con naturaleza, mejoran un 20% a diferencia de personas asiladas en hospitales o lugares cerrados.
Iluminación
La iluminación es un elemento fundamental en cualquier edificación, sin ella y sin ventilación es casi imposible mantener un estado ánimo alegre y vivaz. El psicólogo Christoph Hölscher menciona que “Los arquitectos han de saber utilizar la luz para guiar a las personas”.
La iluminación incide profundamente en la productividad de las personas, además de generar un estado de calma y alegría para quienes trabajan o habitan en espacios sumamente iluminados.
Techos
El mismo psicólogo Christoph Hölscher dice que los techos bajos ayudan a la concentración, mientras que los altos favorecen la creatividad. Sus estudios se basan en analizar la actividad electrotérmica de las personas y reflexionar sobre el mejor estado para cada quien.
Colores
Sin duda todos hemos distinguido como es que los colores en los espacios producen sensaciones diversas. Cuando un niño se encuentra en una escuela gris, sus estímulos cerebrales serán escasos a diferencia de uno que se desarrolle en ambientes coloridos llenos de tonalidades diversas que los incentiven a ser mucho más creativos y aprender de la mejor manera.
Cada color tiene un significado, por ello es que como interiorista y arquitecto es indispensable saber en qué momento se deben usar los mismos. Su aplicación también es motivante de estudio.
Diseño arquitectónico
“La arquitectura es una experiencia. O al menos debería serlo”
Frederick Marks, expresidente y miembro fundador de la Academia de Neurociencia para la Arquitectura de Estados Unidos (Anfa)
El diseño arquitectónico basado en la neurociencia debe ser un proceso único en donde las experiencias de los usuarios sean validadas a través de sus emociones para crear espacios que generen diversos estados ánimos positivos.
Los ángulos, alturas, formas de los salones, etc. son solo algunos aspectos a considerar para ello.
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¿Por qué es importante la Neuroarquitectura?
La neuroarquitectura tiene como propósito central el generar espacios amenos y que sean positivos con sus habitantes, sin embargo, también encontramos otras ventajas para su estudio como lo son:
- Crear una alternativa para las inclemencias emocionales
- Generar espacios únicos para tranquilizar y generar sensaciones positivas
- Desarrollar necesidades funcionales adaptables a cada persona y giro
- Ayudar al medio ambiente mediante implementación de prácticas sustentables
- Producir un cambio de comportamiento en los usuarios
- Desarrollar la percepción sensorial a través de los espacios
- Estimular el aprendizaje y memoria
Planificar los entornos en donde nos desarrollamos a través de nuestro cerebro y emociones debe ser un pilar que cualquier edificación debe contemplar al momento del diseño.
Gracias a los avances tecnológicos y estudios múltiples sobre las neurociencias es que hoy somos capaces de generar espacios que vayan acorde a los efectos emocionales y biológicos que una persona percibe.
Abordar y comprender dichas temáticas podrá hacer que en un futuro los lugares sean mucho más amables con nuestro sentir.
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